Vivir con Distonía Focal

Muchas veces he oído a alguien decir: “soy hipertenso”, “soy diabético”, o “soy un músico distónico”.

Todas estas son etiquetas que nos ponen o nos ponemos nosotros mismos y que además de no aportarnos nada positivo, no contribuyen en absoluto a superar la enfermedad o condición que nos afecta.

¿Por qué? Porque con ello sólo conseguimos crear una identificación tan fuerte con la patología, que nos olvidamos de quienes somos en realidad. Esto no sólo es aplicable a las enfermedades sino también a cualquier circunstancia desfavorable en nuestra vida que nos lleva a decir frases tales como “soy un desdichado”.

Incluso me arriesgo a ir más lejos y decir que identificarnos de manera férrea con nuestra profesión puede resultar perjudicial, porque podemos ser presa de una identidad social que se ciñe exclusivamente a la misma, con lo cual, si en algún momento de nuestra vida nos vemos incapacitados para ejercerla caeremos en desgracia, porque nuestra mente nos hará creer que corremos peligro de perder nuestra identidad, o en otras palabras, de dejar de existir.

Pienso que somos mucho más que todo eso. Existe un verdadero yo arraigado en nuestro Ser profundo.

Tal vez sea un buen comienzo hacia la recuperación, entender que la Distonía Focal que nos afecta, es tan sólo una circunstancia en nuestra vida. Una situación nada agradable por la que atravesamos, está claro, pero afortunadamente podemos considerarla una disfunción temporal.

El hecho de no etiquetarla como una enfermedad le quita poder y la reduce a unos síntomas que debemos aceptar y contra los cuales debemos dejar de luchar, para, posteriormente, poder superar.

Mientras tanto, nuestra vida, en toda su magnitud, debe continuar.

Existen personas capaces de ayudarnos a superar la Distonía Focal, pero pocas nos explican cómo vivir con ella y seguir ejerciendo como músicos, mientras nos recuperamos.

A partir de mi experiencia personal, te recomiendo seguir haciendo música en todas sus facetas posibles, incluso aquellas que jamás imaginabas abarcar porque estabas demasiado centrado en tu propio instrumento. Eso te va a enriquecer enormemente como músico y te vas a sorprender de ti mismo.

  • Como guitarrista, más concretamente, te recomiendo seguir tocando.
  • Procura tocar piezas nuevas.
  • Si los síntomas distónicos están en un dedo de tu mano derecha y eres diestro, ¡aún te quedan tres! Explora nuevas digitaciones. Vas a descubrir recursos técnicos que no empleabas antes, que te van a dar una dimensión rítmica y dinámica totalmente innovadora.

  • Usa la púa si es necesario!
  • Recuerda que lo importante es el resultado, no cómo lo haces.
  • No intentes controlar lo incontrolable.
  • El control de la tensión genera más tensión.
  • Distingue el trabajo de entrenamiento consciente de recuperación de la Distonía Focal de la interpretación en el escenario. Ambos son tan diferentes como necesarios.
  • Recupera esa capacidad que poseías de niño de divertirte haciendo música.
  • No culpes a la vida por lo que te sucede ni te culpes a ti mismo.

No te sientas fracasado

¡PROCURA SER FELIZ!

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Con la guía adecuada, recuperarse de la DFM (Distonía Focal del Músico) es posible.

Ante todo, considero importante recalcar que el 90 % del trabajo para la recuperación de la DFM ha de ser tuyo. El otro 10% lo completan la guía, los consejos y ejercicios que encontrarás en este espacio y que constituyen los fundamentos para que desarrolles la capacidad de ser tu propio MAESTRO en este proceso absolutamente personal.

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