Esta situación de alarma que vivimos en todo el mundo ha generado una ola de miedo y preocupación por nuestra salud, así como por nuestra situación económica.
El confinamiento en nuestras casas, a su vez, nos deja solos frente a todos esos fantasmas y con mucho tiempo para pensar, lo cual puede contribuir a alimentar aún más esos miedos e incertidumbres y llevarnos a un estado de ansiedad que nos paralice por completo.
Digamos que mientras nuestros cuerpos están confinados en nuestras casas, nuestras mentes están viajando en el futuro intentando enfrentarse a algo incierto.
Podemos afrontar el ahora, pero no podemos afrontar una proyección mental.
Está bien tomar decisiones e iniciar ciertas acciones AHORA, que puedan afectar positivamente nuestro futuro, pero no podemos lidiar con lo que aún no ha ocurrido.
Con la distonía focal sucede algo parecido. Nuestra mente ruidosa nos ha acompañado durante largas horas de estudio minando nuestra cabeza con falsas consignas e ideales erróneos. Palabras grandilocuentes como éxito y fracaso han ido haciendo mella en nuestros pensamientos y casi sin darnos cuenta comenzamos a sentir pánico a fallar, a no gustar, a fracasar…
Poco a poco fuimos perdiendo la espontaneidad y la alegría del “HACER”, sin esperar nada a cambio. El placer del estar en el AHORA.
El proceso de recuperación de la DFM requiere especialmente un estado de presencia muy grande. Este estado profundo de AUTOCONSCIENCIA es el que consigue silenciar la mente ruidosa, el que destruye ese puente de ansiedad que te lleva a la incertidumbre, a esa proyección mental ilusoria que llamamos futuro.
Así que te animo a que saques provecho del tiempo que te ofrece la vida en este momento y lo emplees de una forma CONSCIENTE.
La AUTOCONSCIENCIA es la puerta que te conduce a la la recuperación y a la liberación.
Te garantizo que es una experiencia que merece la pena!